La Fábrica...

Marcel Proust decía que la memoria era como un obrero que trabajara para establecer cimientos duraderos en medio de las olas. Puede que fuera así, puede que la memoria no sea tan sólida, ni tan fiable como pensamos. Puede que creemos una dependencia excesiva de algo que en realidad no esta ahi de la forma en que pensamos.
Nos aferramos a los recuerdos como escudo de la soledad, de la tristeza y del paso del tiempo. Pero es precisamente el tiempo el que hace que esos recuerdos se vuelvan difusos, contradictorios e incluso irreales. A menudo acabamos recordando nuestra propia vida como si de una película se tratase, cogiendo las escenas que mejor nos hacen sentir y dándoles un enfoque en el que salgamos bien, haciendo un montaje donde los malos tragos no existen, donde no hay un papel para el dolor. Ya he tenido bastante, piensan algunos mientras echan la vista atras. Y la memoria acaba siendo una fábrica de sueños frustrados, pasiones perdidas y falsas alegrías....pero el caso es que te hace sonreir.